El Alto Tajo es un territorio salvaje y abrupto, formado por el río Tajo, se encuentra ubicado en la provincia de Guadalajara. En un territorio infinito e inabarcable encontramos innumerables paisajes y ecosistemas espectaculares que dejan al viajero sin palabras para describir tanta belleza, una belleza unida a la soledad y al silencio que se respira en una de las zonas menos pobladas del país.
El viajero puede descubrir el alma de un paisaje que explica de manera ejemplar como un río puede transformar un territorio y convertirlo en un lugar mágico. El Parque Natural del Alto Tajo es uno de los lugares más sobrecogedores de nuestro país y permite adentrarse en un río salvaje, que después será alterado por el hombre y que nos une ya en su parte final con nuestro país vecino.
Imagen 1: Cortados y paredes. con el río Tajo pasando por debajo.
Autor: Javier Cañas Martín
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Imagen 2: La erosión de los cortados crea formas maravillosas, como
estas en forma de chimenea. Autor: Javier Cañas Martín.
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Imagen 3: Laguna de Taravilla, rodeada vegetación acúatica y acompañada
por un bosque mixto de pinar y robles. Autor: Javier Cañas Martín.
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Imagen 4: Río Tajo, con aguas cristalinas y un bosque de ribera bien conservado.
Autor: Javier Cañas Martín.
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Entre los ecosistemas que más destacan hay que destacar los farallones y cañones que acompañan al río, pequeñas lagunas, bosques de ribera conservados en buen estado e infinitos bosques de pinos, acompañados en el sotobosque por robles. Pero el principal protagonista de este paisaje es el río, que con unas aguas cristalinas atrae todo la atención.
Imagen 5: Área recreativa de la fuente de los vaqueros. Autor: Javier Cañas Martín. |
Imagen 6: Pino silvestre con sotobosque de robles. Autor: Javier Cañas Martín |
Imagen 7: Pinar con árboles de elevada edad. Autor: Javier Cañas Martín. |
Imagen 8: Paisaje de montaña del Alto Tajo. Autor: Javier Cañas Martín. |
El río Tajo pronto se ve sometido a fuertes presiones, en ciertas zonas del Parque Natural hay demasiados visitantes (zonas de baño próximas al salto de Poveda), estas zonas y pistas forestales deberían de estar reguladas en verano, debido al peligro de incendio y la degradación sobre la zona natural que supone el paso de coches. Otros problemas son los transvases de los embalses de cabecera, que en la actual situación de sequía se encuentran al mínimo y suponen una pérdida de caudal ecológico vital para el río, la alteración mayor sin embargo es el vertido de aguas residuales y la contaminación del agua del río, debido principalmente a que pasa por zonas muy pobladas como Madrid y Toledo.
Volviendo al Parque Natural, el principal problema es el de la despoblación y falta de oportunidades laborales en los pueblos que lo conforman, las actividades tradicionales se encuentran en declive: ganadería (típicamente trashumante, muy reducida), agricultura (envejecimiento y pérdida de valor económico), aprovechamiento forestal (históricos gancheros, la saca de madera prácticamente no se realiza y ha quedado como una fiesta con valor histórico).
El valor ecológico y cultural de la zona ha provocado la aparición de alojamientos de turismo rural, potenciando el valor de los pueblos, pero esta actividad económico muy temporal es insuficiente para mantener a la población. El respecto por la naturaleza debe de prevalecer, pero hay que tratar que el parque natural provoque oportunidades laborales para asentar población: mayor número de vigilantes, agentes medioambientales y técnicos para uno de los espacios naturales más grandes de España, creación de empresas relacionados con los valores del parque (geología, biodiversidad, paisaje, aventura), integración de actividades con el reciente Geoparque creado del Señorío de Molina.
Todas las administraciones y sociedad debemos de defender y potenciar un territorio único y hacer que no se pierda el espíritu de un río salvaje que lucha por crear y conseguir un futuro que debe de estar unido a sus pueblos y gentes.